- Alemania emprendió un arduo trabajo que involucró un apoyo político y una renovación táctica, que levantó al país desde 2006 para todos los torneos, trayectoria que culminará en el encuentro de Argentina contra Alemania en el estadio Maracaná este domingo. Perder 3 a 0 contra Croacia en cuartos de final de la Copa de 1998, llevó a la Federación Alemana (DFB), a invertir en las ligas distritales para intensificar la formación de los jóvenes entre los 11 y los 17 años, emulando los modelos de Francia y Holanda, planteamiento recogido en el documento "Programa de formación de talentos". Sin embargo, el fracaso de 2000 en la Eurocopa con un empate y dos derrotas, aceleró el efecto y orientó la formación a un alto nivel, que se evidenció con la creación de escuelas de futbol en todo el país y la subvención de centros de formación que dependían de los clubes profesionales. A partir de 2002, el programa redujo sus efectivos de 22 mil a 14 mil jóvenes en quienes se enfocó en el mejoramiento de su preparación, lo que rindió sus frutos en figuras como: Manuel Neuer, Per Mertesacker, Toni Kroos, Jerome Boateng, Mesut Ozil, Thomas Müller o André Schürrle. Alemania invitó a los entrenadores federados a descubrir los talentos, así como retener a las promesas ante los intentos de algunos países de "repatriar" a los hijos de sus emigrados, como ocurrió con la federación turca. Además, en las categorías inferiores existe uniformidad y mantenimiento de los conceptos básicos, quizá el ejemplo más exitoso de ello es Ozil,quien declaró en 2010, que la Federación Alemana se ha interesado mucho en él y le ha tratado bien. Con la llegada de Jürgen Klinsmann, quien no tenía experiencia como técnico de élite, se actualizó el esquema germano con énfasis en la ofensiva y el empleo de instrumentos y métodos científicos que fueron importados de Estados Unidos. Miroslav Klose agradece los entrenamientos de Jürgen, pues con ellos progresó y mejoró su físico para desempeñar las tareas de un atacante, tanto en fases defensivas como en ofensivas. Klinsmann tenía como adjunto a un técnico de segunda fila, Joachim Löw, con quien promocionó a los nuevos talentos, como Bastian Schweinsteiger, Philipp Lahm o Lukas Podolski. Los resultados de la estrategia en la cancha y fuera de ella enamoraron al país en el Mundial de 2006 que organizó Alemania y donde, pese a que el equipo finalizó tercero, la dinámica del equipo supuso el principio de lo que significa ahora el modelo germano. Tras la Copa del Mundo, Löw ocupó el puesto de seleccionador, prolongando la alegría en la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010, pese a que España reclamara el título en ambas ocasiones. Con Joachim al frente del equipo, parece que el momento de madurez de la "generación Löw" ha llegado en Brasil, lo cual constituiría por primera vez para Alemania, ganar un trofeo desde la Eurocopa 1996, una larga espera para la poderosa Mannchaft.
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