Brasil no pudo festejar y los seleccionados brasileños fueron despedidos con abucheos por parte de la afición, luego de la derrota de 3-0 ante Holanda en el partido que decidió el tercer lugar del Mundial.
Primero fue Robin Van Persie quien calló por unos momentos al Estadio Nacional al anotar por la vía del penal al 3’. Daley Blind puso el 2-0 al 17’. Y Georginio Wijnaldum hizo el 3-0.
Después del último gol que encajó Brasil, los aficionados locales comenzaron abuchear a sus seleccionados.
Al finalizar el encuentro, los jugadores brasileños y cuerpo técnico se reunieron en el terreno de juego. Camino al vestidor, los aficionados no se aguantaron los silbidos para recriminarlos.
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